jueves, 3 de septiembre de 2009

Luna, ¿qué te hice yo?



Hoy de nuevo ante ti me planto, te grito, te evoco, te canto, te anhelo, te venero, te temo, te odio y te quiero, pero ante todo, te espero. Hoy como rezo desesperado por el alivio de lo eterno me siento y te escribo lo que ante mí mismo me niego, me impido, me quema. Hoy es noche de inmensa claridad hoy te toca ti: Otra vez te muestras llena, impides mi sueño, mi letargo y mi sueño. Impides que logre llegar a hasta ti una vez más, te alejas cuando más cercana, liviana y grande te veo. ¿A Dónde has decidido acabar por partir? ¿Aquí estoy te olvidaste tú también de mí?

Hoy ni el brillo de tu intensa luminiscencia consigue penetrar la oscuridad de austera ausencia de bienestar completo, aquél que me acompañó hasta hace días, haciendo que viera flores allá donde mi pie dejaba su huella. Como toda flor el verano le hace sufrir, el otoño deshojar y ahora, a comienzos de todo y de nada, me dejas ver como sufren las plantas al verme venir.

Hoy me quedo a bostezar en la repisa de la ventana de mi alma, saltar o no saltar... ¿qué más por venir? Cómo se puede reprimir lo que no se sabe expresar, pues prentendo ensalzar lo detestable.

Hoy no es el día de quedarme a verte llegar una noche más. Hoy como desde hace meses, mi ritual de mirarte en tu completitud perfecta, desde la hechizante mirada de las isilwen que te pertencen...

Hoy, hazme señal si deseas que sueñe por una ocasión más, muestra de mi testarudez. Mientras tanto, aquí estaré, a verte venir una y otra vez.




Hoy me quedo en casa lo de fuera no me interesa, ya saldré una vuelta otro día que no llueva...

5 comentarios:

Daphne dijo...

De verdad piensas que una gran luz en una inmensa penunbra puede traer desgracias?

Creo que es todo lo contrario. Quizás, sea la ayuda que necesitan muchos caminantes que sin brújula en el bosque se encuentran perdidos y consiguen hallar el camino.

O quizá su esplendor contribuya a la perdición ansiada de una salida.

Casiarturo dijo...

Perdido en los sentidos, naúfrago del océano de la existencia, El relente de la luna ciega cualquier atisbo de búsqueda de estrellas que nos guíen.

Haz que aguja sea el brillo de tus ojos en tu brújula.

CdeClarividencia dijo...

Al contrario que tú, las noches sin luna son las que pueden perturbarme y hacerme pensar en desgracias. Porque sin luna, sin una luz que nos ilumine y nos de fuerzas, magia, esperanza, o simplemente nos deslumbre por su estraña belleza que tanta y tanta gente mucho antes observó anonadada ¿qué sería de nosotros? Sin todas esas ideas que ligamos a ella...

Aunque por otro lado, más macabro, y de acuerdo con Daphne, puede asemejarse a el canto de una sirena, cuyo fin es funesto.


Yo me quedo con mi Luna llena =).

Anónimo dijo...

Jueves, comienzo y final de nada, principio absoluto de una parte ni cercana ni lejana de un Fin.

Hoy noche de luna llena, su plenitud eclipsa a todas las estrellas, y pierde el norte el naufrago Odiseo, pues su estrella Polar queda eclipsada por una luz cegadora...

Debera esperar pues, a que la luna decida menguar y acunarle, habra de tener paciencia para volver a encontrar a la Polar y seguirla quizas...

Un abrazo

Casiarturo dijo...

Agradeceros a las 3 vuestros comentarios, lo primero.

Daphne, no todo es tan malo, ni lo malo lo es todo.Ver las cosas entornando los ojos aclarará muchas dudas. Nunca se puede conocer toda la verdad, ni la verdad es posible concebirla en plenitud.

Ithilme, tu opinión es alentadora y da respuesta a muchas cosas: a veces cuando más fácil es guiarnos, más nos perdemos.

Calipso, has eclipsado la sucesión de catrastróficas desdichas que se desataron. Sin duda, recibiste este mensaje en plenitud, como siempre, alentando que alguien te comprenda sin dar explicaciones.

Esperaremos a que la luna nueva permita ver las estrellas...