lunes, 4 de octubre de 2010

Sábado Santo, a los 15 años


Si fuéramos muchachos otra vez,
si nos castigaran sin salir,
como aquella noche de abril,
repetiría de nuevo aquello, otra vez.

Hace bastantes años ya,
en la que salir era más importante
que nuestros deberes.
Desafiando las paternas leyes.

Sábado noche,
nada de santo tenía.
Póstumo castigo cumplíamos.
Culpables: conspiramos.

Ser, empujado por mi iniciativa,
salió fugaz,
yo, a hurtadillas
y maquiavélico tras él, cerré sin llaves.

Paquito echó pestillos varios.
Inteligentes, poco inteligentes
fuimos aquella noche,
de escape improvisado.

Paco, casi se deja por la ventana,
y contra el suelo, los dientes.
Fuimos los más felices por una noche,
de Sábado, de santo, de oscuridad.

Pateamos las calles,
en los bares, desconocidos,
eran todos muy mayores.
Acabamos en el parque.

Tardamos 2 horas
en darnos cuenta de nuestros errores.
Puerta cerrada, Ventana
en lo alto de la tapia,
a más de 6 metros de nosotros.

Cómo volver dentro sin despertar
a quienes dormidos, nos castigaban.
Susurrando en voz alta, rogamos
que abriera uno de nuestros hermanos.

Sorpresa fue que la puerta se abriera,
palidez extrema la nuestra,
pues nos aguardaba tras ella,

imponente

mi viejo,
con rostro más cansado que enojado,
deseando volver a su letargo.

Apretamos dientes y puños al reptar por su lado,
pues esperamos más de uno y de dos,
un señor hostiazo a nuestro paso.

No lo hubo, más humillante que ser golpeado,
fue, tras el hurto, ser cazado.


Dedicado a mis compinches de fechorías durante aquellos años, Ser y Paco.
Y a Voltios por sus poesías, que empujan al recuerdo de cada uno, de esos lindos momentos, gracias.

1 comentario:

KamiKaze :) dijo...

como molan las hazañas infantiles!!:)
a ver si hablamos tio!
un besazo!