lunes, 26 de julio de 2010

Luna de un Julio lejanamente extraño




Ante la acechante sombra que cierne de soledad mi cuarto, retomo mis escritos. Dejo palpable el aliño avinagrado de mi sentir en entredicho. Remito mis letras obscurecidas por un bochornoso momento de pensamientos perdidos.

Quedan lejos, extrañamente lejanos, los besos, los abrazos, las palabras susurradas, las miradas infinitas, los sabores dulces y amargos, los aromas de tu cuerpo y demás condicionantes de la distancia; quedan lejos, lejanamente extraños, como a dos mil kilómetros de mí.

Queda lejana, extrañamente lejana, una luna de las que me miran cada veintiocho días. Arropa mi corazón, empapa mis mejillas con sabores salados y hacen recordar sus texturas tras recorrer el interminable contorno de mi tez. Queda lejano, lejanamente extraño, ese momento, la insignificancia consigue absorberme, como agujero negro y no deja que vea fuera ni que vean dentro de sí.

Queda lejana, extrañamente lejana, esa oscuridad que es menos dura cuando la luna brilla, mas sin saber que tu piel se bronceará de su relente tras el paso de mis tímidos dedos por tu espalda, muerdo levemente mis labios, ya llegará el momento, uno de tantos, que quedan lejanos, lejanamente extraños, cuando en este preciso instante no se tienen...

¿Por qué consigues que te eche tanto de menos?

4 comentarios:

goldenrizi dijo...

m gusta...
de hecho me encanta!

Adriana Bañares dijo...

a mí también me ha encantado. Me ha tocado :)
un abrazo

Casiarturo dijo...

Vaya, a mí me ruboriza que dos grandes chicas como vosotras les guste lo que escribo... Gracias par de SOLES!!!!

Besazos a las 2

Anónimo dijo...

Me gusta, me encanta ese final, y las texturas del texto.

Un abrazo