miércoles, 27 de enero de 2010

Escribir para no ser leído


Cada letra nueva que se escapa entre mis manos, es acunada por la gélida brisa de un invierno enturbiado. ¿Qué mierda escribo cuando me planto ante el teclado? Cierro los ojos y pulso los horrendos cuadraditos negros, que se hunden, se sumergen y emergen al segundo. Me pierden, me dejan caóticamente enfermo. No quiero. ¿Pierde la magia de la escritura en verso si no está borrosamente marcada por el puño del zurdo o diestro?

Pongo muchas veces versos, me avergüenzo. Me doy cuenta que todo cuanto cuento, es mero invento de la imagen disfrazada de mis perdidos pensamientos. Desearía más que mis versos no vieran luz, nunca sean recitados, ni formaran parte de relatos, no, no quiero palabras en el papel encuadernado. Daría lo que fuera por verlos en el viento, al son de una melodía que diera mejor fin a lo que yo creo...


Escribo, mas no deseo ser leído,
No grito, no obligo, no quiero.
Pongo cada poco,
en este fondo negro
el fondo de mis versos.

Versos creo,
invento, busco y dejo,
Mas no me leas más,
que no lo quiero, o eso creo.

Cada verso que posteo
queda enturbiado por el deseo,
deseo de que no se lea, no.
Su sino quedó lejos.

Os ruego, os grito al cielo
en pos de cumplir el sueño
que alma vaga repare en ellos
y formen melodías con el viento.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Si ese es tu deseo, dejaremos de leerlos, aunque lo mas certero seria dejar de escribirlos.

Debe de ser frustrante la sensación que relatas.

Un abrazo

Casiarturo dijo...

Lástima que no comprendas que quise decir...

Anónimo dijo...

Una pena no haber captado el significado a la primera, pero como consejo creo que se podria haber enfocado con un principio mas optimista, o bien, dandole una nota de color en el final.

Un abrazo

Casiarturo dijo...

Bueno, una conversación, un momentito de charla y todo se ve direferente.

Besillos.

Alleda Vodienova dijo...

Que genial!