jueves, 7 de mayo de 2009

Tarde no es, prisa no hay, ni que nos la metan

Oración cargada de simpleza y que sin duda deja un mensaje claro y directo: no porque apretemos, conseguiremos antes nuestras metas. Se obtienen más resultados y mejores a partir de la constancia. Pues bien, no siempre es así, para todo hay excepciones. Me considero una excepción (dios, no hay nada más vulgar que esta expresión) y en eso consiste serlo, en ser como los demás y tener algo, por infinitesimal que sea, pero que nos dé un toque especial. Ésta excepción consiste en que cuanto más se me aprieta, mejor respondo, y que así sea, por mucho años...

Que intento decir con esto, que no todos somos constantes (por mi parte nada) y que si nos dedicamos a esperar... ahí puedo seguir, esperando, ¿para qué? Para que mañana, a causa del azar, tal como la misma existencia, un día desaparezcas y toda esa espera, ese intento frustrado, todas las intenciones... Quedarán truncadas y en el olvido. No hay mejor recuerdo que una ausencia.

Para quién pretenda esperar una nueva entrada diré:

"HAY MÁS DÍAS QUE SANDÍAS" Sabia razón tenías abuela mía...

No hay comentarios: